La toxina botulínica, conocida como Botox, es inyectada generalmente en el entrecejo, ‘patas de gallina’, frente y cuello. Produce una parálisis transitoria, lo que hace desaparecer las arrugas y durante su permanencia evita la formación de más de estas o la marcación de las que se tenían. Es un tratamiento ambulatorio y sus resultados son ampliamente satisfactorios, con una duración de seis a ocho meses. !Agendate ya¡ El Doctor Mauricio Vega es médico especialista en Cirugia Facial con mas de 20 años de experiencia.